Muchos son los ganaderos que tienen problemas con la gestión del estiércol. En la granja lechera estadounidense Homestead Dairy, sin embargo, saben sacarle rentabilidad: un sistema de recuperación de biogás transforma allí el estiércol de las vacas y otros desechos en electricidad. Suficiente electricidad, de hecho, para dar luz a 1.000 hogares, un servicio por el que la compañía local paga generosamente.
Con la aplicación de tecnologías y tratamientos amigables con el medio ambiente, se evidencia la optimización de los residuos y desechos generados por el sector ganadero, hasta el punto de crear energía eléctrica aprovechable en forma eficiente y rentable para la empresa ganadera.
Instalar un digestor anaeróbico -básicamente un cobertizo gigante que utiliza el calor para acelerar la descomposición- permite capturar tanto el olor como los gases de efecto invernadero.
Uno de los usos más interesantes del biogás es la generación de electricidad, pues se ahorra entre un 40 y 60 por ciento de los costos, con respecto de la proveniente del sistema interconectado.
El fango extraído en depuradoras, los residuos ganaderos y todo tipo de materia orgánica pueden ser tratados mediante digestión anaerobia (también llamada metanización) en un reactor donde se produce la descomposición de la materia orgánica en un ambiente anaerobio, es decir en ausencia de oxígeno, una vez digerido el fango es enviado para su secado. La reducción de la materia orgánica en un digestor anaerobio produce un biogás rico en metano, con alto poder energético que puede ser utilizado como fuente energética.
El biogás es un gas combustible, compuesto principalmente de metano y dióxido de carbono, que se obtiene como resultado de la fermentación anaerobia de sustratos orgánicos. De forma similar al gas natural, el biogás puede ser aprovechado para obtener energía térmica y/o eléctrica.
El digestor es básicamente es un cilindro o contenedor sellado, por donde entran las materias a tratar, convenientemente humedecidas. Dentro no hay oxígeno y las bacterias anaerobias se multiplican y procesan la materia orgánica, produciendo gas metano.
Los biodigestores están construidos de manera tal, que los residuos se quedan allí bajo condiciones anaerobias por lo menos 40 días. Después el agua pasa por camas de oxigenación, antes de ser utilizada para el riego de los cultivos, enriquecida con importantes nutrientes.
Existen muchas variaciones de éste diseño: Unos modelos producen gas metano para el uso doméstico. Hay diseños para granjas de vacas o cerdos, que procesan todo el estiércol.
La industria alemana de biogás es pionera en el sector de generación y recuperación de biogás. Alemania es simultáneamente líder del mercado y de la tecnología y ha adquirido importantes conocimientos, especialmente en el ámbito de la gasificación basada en residuos orgánicos y recursos renovables.
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